«Cuando se habla mucho interiormente con Dios, pocas palabras hacen falta para llenar de amor las almas»
Madre Amalia Martín
«Si amas a Dios, deja descansar el pensamiento en Él sin esfuerzo ni violencia»
MAM
«¡Qué dulce es la soledad y qué grato el silencio, escuchar lo que el amor sin palabras va diciendo!»
MAM
«Escóndete si quieres, Jesús mío, pero no permitas que me canse de buscarte»
MAM
«La vida de oración, la vida de unión con Dios, es el fin único de nuestra vida religiosa»
MAM
«Mírame Jesús, para que merezca que vuelvas a mirarme»
MAM
«Para que fuese el hombre capaz de conocer a Dios, o tendría que ser Dios tan pequeño como el hombre, o el hombre tan grande como Dios»
MAM
«Que ninguna ocupación interior turbe nunca aquel rinconcito intimo de nuestra alma en el que María debe permanecer siempre a los pies de Cristo»
MAM
«Vana es la ciencia si, quedándose en el entendimiento, no llega a encender la voluntad»
MAM
«Así como un granito de arena basta para cegar los ojos, así el más pequeño apetito desordenado basta para oscurecer el alma»
MAM
«Vivamos muy unidas a Él para que el motor del Amor Divino sea el que de fuerza y vigor a nuestros actos»
MAM
«Vengo de Dios y a Dios voy; nuestra vida es un viaje de circunvalación de Dios a Dios»
MAM
«La oración, la penitencia, la ejemplaridad y la mortificación, han de ser las bases sobre la cuales todo apostolado se afiance»
MAM
«Ese deseo que sientes de buscar a Dios, no te viene de ti misma, sino de Dios que antes deseó que le buscases tú para hacersete encontradizo»
MAM
«Si no te conoces ‘sal fuera’, así dice el Esposo a la esposa en el Cantar de los Cantares: porque el alma que desea gozar las dulzuras del beso del esposo que es la contemplación, ha primero de conocerse a sí misma para humillarse y despreciarse»
MAM
«La contemplación es el acto supremo y de mayor espiritualidad; es la posesión de Dios cuanto cabe gozarse en la vida»
MAM
«Aquella alma está más unida y transformada en Dios cuanto más vacía se halla de su voluntad propia y más conforme con la voluntad de Dios.
Señor, que yo trabaje en vaciarme de mí, para llenarme de Ti»
MAM